Aunque hoy en día existe una información a nivel general sobre la hipnosis ésta suele ser muy errónea y basada en una mitología y creencias que no tienen nada que ver con lo que es en realidad. La hipnosis como herramienta psicoterapéutica es un método profusamente investigado, y así lo atestigua la cantidad de artículos publicados en prestigiosas publicaciones científicas.
Básicamente se trata de un procedimiento en el que un especialista sugiere a un paciente que experimente cambios en sus sensaciones, percepciones, pensamientos o conducta. Esto se realiza mediante un método de inducción que puede adoptar formas muy diferentes, aunque las más frecuentes son las que incluyen sugestiones de calma, relajación y bienestar. Existe una focalización de la atención, que suele dirigirse hacia el interior, con sus correlatos a nivel de funcionamiento (activación/inhibición) de estructuras cerebrales. Básicamente se trata de un estado de atención muy concentrada, focalizada en una sensación, un pensamiento, una emoción o una conducta. Un estado semejante al que proporciona la práctica del mindfulness o la meditación.
Es necesario mencionar que en ningún momento una persona pierde la conciencia de donde está, o quién es, o qué está haciendo; en ningún momento se pierde el control o la voluntad, como erróneamente se da a entender en alguna visión popular.
Aunque no tiene porqué resultar útil para todos los pacientes o para todos los problemas la hipnosis ha demostrado ser un tratamiento eficaz para una variedad muy amplia de problemas tratados en la psicología clínica. Así, se ha aplicado a problemas como:
- Ansiedad.
- Fobias.
- Técnicas de relajación.
- Miedos.
- Manejo del dolor.
- Mejora de la autoestima, autoeficacia y confianza.
- Tratamientos oncológicos.
- Alteraciones dermatológicas.
- Problemas psicosomáticos.
- Alteraciones del sueño.
- Asma y problemas alérgicos.
- Retención urinaria crónica.
- Obstetricia y ginecología.
- Alteraciones emocionales y psicológicas.
- Disfunciones sexuales y problemas de relación.