El mindfulness se basa en el poder terapéutico que puede tener la conciencia y la atención, al permitirnos comprender qué sucede en nuestro interior, cómo nos afecta lo que nos rodea, ayudándonos a desprendernos de aquellas cogniciones y/o emociones que nos aprisionan. Además, la aplicación psicoterapéutica del mindfulness trabaja sobre la aceptación plena y la compasión, permitiendo soltar todas aquellas resistencias y mecanismos de defensa que pueden estar bloqueando el cambio. El aprendizaje y la práctica del mindfulness tienen una larga lista de beneficios en la salud mental, física y social de aquellas personas que la incorporan a su vida. Entre esos beneficios están:
- Aprender a darse cuenta de lo que sucede en nuestro interior (mente/cuerpo).
- Incrementa el respeto hacia nosotros mismos y hacia los demás.
- Potencia la capacidad de experimentar emociones, sin sentirnos prisioneros de ellas.
- Facilita la introspección y la observación de nuestros propios procesos mentales, sin quedarnos atrapados por ellos.
- Incrementa la capacidad de estar presente en el aquí y en el ahora, evitando ser arrastrado por recuerdos angustiosos del pasado o expectativas aprensivas del futuro.
- Mejora la capacidad de atención.
- Favorece un estado de ánimo más positivo.
El mindfulness, en los últimos años, se ha convertido en uno de los campos de la investigación con mayor evidencia científica en su aplicación a la psicoterapia. Los beneficios terapéuticos que aporta la práctica del mindfulness lo convierten en una herramienta recomendable para el abordaje de un gran número de dificultades humanas, además, favorece el desarrollo personal y el autoconocimiento.