Tratamientos dirigidos a niños, adolescentes y adultos:
El estrés suele definirse como una respuesta del organismo a un elemento que atenta contra su equilibrio a consecuencia de las demandas que hace sobre él. Este elemento, llamado estresor, puede no ser únicamente un estímulo físico, sino también psicológico o emocional (un pensamiento o una emoción).
Todas las personas tienen ciertos límites de tolerancia al estrés, y son variables de unos individuos a otros. Si se sobrepasan estos límites el organismo empieza a resentirse y aparecen los daños fisiológicos o psicológicos.
Un aspecto clave a tener en cuenta cuando experimentamos estrés es la evaluación cognitiva que hacemos del agente causante de ese malestar. Si se percibe como algo que excede los propios recursos y escapa al control poniendo en peligro el equilibrio personal, entonces se comienza a vivenciar de manera desagradable.
Todos los individuos disponen, asimismo, de recursos de afrontamiento , que minimizan el impacto del estrés y protegen de sus efectos. Estos son:
- Habilidades personales en la solución de problemas
- Apoyo social recibido
- Recursos materiales de que se dispone
¿Cómo podemos percibir el estrés?
Algunas de las respuestas fisiológicas son:
- Incremento en la tasa cardíaca
- Aumento en la presión sanguínea (hipertensión)
- Incremento en la tensión muscular
- Incremento en la tasa respiratoria
- Incremento en la sudoración
- Incremento de secreciones gástricas en el estómago
- Reducción en actividad y tamaño de las glándulas sexuales
Algunas de las respuestas psicológicas son:
- Sensación subjetiva de malestar o tensión
- Emociones negativas (ansiedad, miedo, ira, tristeza)
- Preocupación y pérdida del control percibido
- Bloqueos mentales
- Pérdida de memoria
- Sensación de irrealidad (proceso disociativo)
Variables protectoras frente al estrés
- Evaluación cognitiva positiva. Sentir que tenemos control frente a la situación amenazante.
- Apoyo social. La familia, los amigos, los compañeros.
- Conductas orientadas hacia la salud. La alimentación, el ejercicio físico de manera regular y el descanso. Actividades que resulten placenteras como aficiones y ocio.
- Adicciones
- Dependencia emocional
- Déficit de atención con Hiperactividad
- Depresión
- Dificultad para controlar los impulsos
- Dolor Crónico
- Duelo: Pérdida de un Ser Querido
- Estrés
- Fobias
- Hipocondría
- Pánico y Agorafobia
- Problemas de Ansiedad
- Problemas Psicosomáticos
- Trastorno del Comportamiento Alimentario
- Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC)
- Trastornos disociativos
- Trastornos Negativistas Desafiantes
- Trastornos del espectro del autismo
- Trauma y TEPT (Trastorno de Estrés Post-traumático)
- Trastornos de la Personalidad
- Problemas Sexuales
- Terapia de Pareja
- Terapia Familiar