Miedos y Fobias

Tratamientos dirigidos a niños, adolescentes y adultos:


Todos entendemos que experimentar miedo en determinadas situaciones es lo esperable y ello no representa un problema (por ejemplo permanecer a cierta distancia de un animal peligroso, o encontrarse en una zona de conflicto bélico en medio de fuego cruzado). Se trata de una respuesta adaptativa que supone una ventaja evolutiva cuya finalidad es la supervivencia. Lo que caracteriza de manera más sobresaliente a una fobia es su componente de irracionalidad e incapacitación. Es irracional porque existe una desproporción entre el peligro real de lo temido y la respuesta de ansiedad que se manifiesta. También existe una comprensión lógica de esta respuesta exagerada por parte de la persona que la sufre, y sin embargo no puede hacer nada para evitarlo. Una cuestión interesante es ¿por qué se asocian generalmente las fobias a ciertos estímulos y no a otros?. Por ejemplo es frecuente encontrar fobias hacia los reptiles, a los lugares abiertos o cerrados, a cruzar puentes, a la oscuridad; pero no suelen darse estas mismas respuestas hacia otros estímulos como los sofás, las nubes, los pantalones. Una teoría explicativa de este por qué es más fácil desarrollar un determinado tipo de fobias es la Teoría de la Preparación, que establece que estamos preparados evolutivamente (filogenéticamente) para aprender a asociar ciertos estímulos –por su componente de peligrosidad- con objetos fóbicos.

Las fobias presentan las siguientes propiedades:

  • Selectividad: Algunas situaciones producen miedo más fácilmente que otras por su significado biológico-evolutivo.
  • Inmediatez: Se instalan muy rápidamente, en una sola exposición.
  • Resistencia a la extinción: Tiende a permanecer a pesar de los esfuerzos por librarse de ella.
  • Irracionalidad: Hay una diferencia entre el peligro real y la respuesta manifiesta. El conocimiento objetivo de la ausencia de peligro y los argumentos lógicos son ineficaces para reducir la ansiedad.

Los componentes fisiológicos manifestados en la respuesta fóbica son los característicos del Trastorno de Ansiedad (véase Ansiedad).

¿Cómo se trata este tipo de trastornos?

Hay que tener en cuenta que la psicología cuenta con una amplísima experiencia en el tratamiento de estos trastornos, ya que se trata probablemente de uno de los problemas más antiguos y comunes en el abordaje psicoterapéutico. La evidencia empírica establece que para superar este tipo de dificultades es imprescindible exponerse a la situación u objeto causante de la fobia. Esto suele hacerse de manera gradual y bajo un clima de seguridad y confianza, en el que el paciente se va percatando cómo los síntomas asociados al miedo y la ansiedad van desapareciendo. Para ello algunas de las técnicas más utilizadas suelen ser la desensibilización sistemática, la hipnosis, EMDR, la exposición en vivo.