Trastorno del Comportamiento Alimentario

Tratamientos dirigidos a niños, adolescentes y adultos:


Padecer un trastorno de la alimentación supone una grave alteración de la conducta relacionada con la comida. Una característica habitual suele ser la significativa alteración de la imagen corporal y de su forma. Además, suele ser frecuente que esté muy afectado el estado de ánimo de las personas que los padecen, que aparezca retraimiento social, conductas obsesivo-compulsivas, problemas del control de impulsos, etc. Así como una grave afectación de la salud física a causa de la restricción o el abuso de alimentos, y/o de conductas de purga asociados a dichos trastornos.

Dentro de los trastornos de alimentación podemos diferenciar varios subtipos:

  • Anorexia nerviosa.
  • Bulimia nerviosa.
  • Atracones.
  • Vómito psicógeno.
  • Obesidad.
  • Trastorno de la ingestión y conducta alimentaria en la infancia.

¿Cuáles podrían ser los motivos para que aparezca un trastorno alimentario?

Generalmente se desencadena por varios factores:

  • Psicológicos: determinadas variables de la personalidad predisponentes (rigidez cognitiva, tendencia a obsesionarse, perfeccionismo, etc.); circunstancias particulares en el desarrollo evolutivo de la persona, tales como el estrés o experiencias traumáticas; podrían hacer que una persona tenga más posibilidades de acabar padeciendo este tipo de trastornos.
  • Familiares: la presencia de determinados patrones familiares de apego pueden incidir en la aparición de este tipo de trastornos en alguno de los miembros. Además, la preocupación excesiva, dentro de la familia, por el rendimiento, la imagen y/o la perfección, podrían acabar desencadenando estos trastornos.
  • Socioambientales: la enorme presión social que existe en la actualidad por alcanzar una imagen determinada puede sumarse a las variables anteriores, agravando la percepción que una persona pueda tener de sí misma en comparación con un estándar social.

¿Cómo tratar los trastornos de alimentación?

Las intervenciones psicoterapéuticas más eficaces son aquellas que abordan, además de los síntomas, las causas que incidieron en la aparición del trastorno, así como el desarrollo de patrones emocionales, cognitivos y conductuales que les permitan tener una relación más saludable con su cuerpo y con la comida.