Tratamientos dirigidos a niños, adolescentes y adultos:
Las personas afectadas por este tipo de trastornos manifiestan una significativa alteración en su capacidad de integración de la conciencia, su propia identidad, la memoria, así como la percepción de lo que les rodea.
Se incluyen los siguientes subtipos:
- Amnesia disociativa.
- Fuga disociativa.
- Trastorno de identidad disociativa.
- Trastorno de despersonalización.
- Trastorno disociativo no especificado.
- Trastorno de conversión.
La sintomatología disociativa puede aparecer en muchas personas de forma leve y no tiene por qué ser ningún problema que necesite tratamiento de ningún tipo. Sin embrago, en algunas personas esta afectación puede ser mayor y generar una grave inestabilidad emocional, así como dificultades para sentirse arraigado en el aquí y ahora. En estas circunstancias, suele producirse un significativo malestar personal y un deterioro social.
La presencia de los trastornos disociativos pueden ser debidos a varios factores:
- Psicológicos: El impacto de determinadas situaciones estresantes y/o traumáticas podrían llegar a provocar una afectación en el desarrollo de la identidad de la persona o acabar por provocar determinados síntomas que afecten al funcionamiento global de la persona. Además, puede haber personalidades con mayor predisposición a experimentar fenómenos disociativos.
- Familiares: Estilos educativos y afectivos parentales que sometan a los hijos a mucho estrés podrían impactar negativamente en los individuos y acabar por predisponerlos a padecer síntomas disociativos.
- Socioculturales: En determinadas culturas se promociona la experiencia de fenómenos disociativos que son vividos de manera saludable por las personas de esos grupos.
¿Cómo tratar este tipo de trastornos?
Cuando estos síntomas están afectando significativamente a los individuos, el tratamiento más oportuno es la psicoterapia, en manos de un psicólogo especialista. Resulta muy indicado el abordaje con la hipnosis, el mindfulness, así como psicoterapias que potencien la atención plena y la consciencia de la experiencia interna del paciente.
En muchas ocasiones, la medicación puede llegar a agravar algunos de los síntomas que se padecen, de modo que la prescripción de medicamentos debe ser muy cautelosa y tener supervisión para evitar un empeoramiento de los pacientes.
- Adicciones
- Dependencia emocional
- Déficit de atención con Hiperactividad
- Depresión
- Dificultad para controlar los impulsos
- Dolor Crónico
- Duelo: Pérdida de un Ser Querido
- Estrés
- Fobias
- Hipocondría
- Pánico y Agorafobia
- Problemas de Ansiedad
- Problemas Psicosomáticos
- Trastorno del Comportamiento Alimentario
- Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC)
- Trastornos disociativos
- Trastornos Negativistas Desafiantes
- Trastornos del espectro del autismo
- Trauma y TEPT (Trastorno de Estrés Post-traumático)
- Trastornos de la Personalidad
- Problemas Sexuales
- Terapia de Pareja
- Terapia Familiar