Tratamientos dirigidos a niños, adolescentes y adultos:
El trastorno por estrés postraumático se suele caracterizar por la aparición de síntomas causados a raíz de uno o varios acontecimientos estresantes y/o traumáticos. Puede desencadenarse cuando la persona se ve envuelta en unas circunstancias que representen una grave amenaza para su vida o para su integridad física y/o psicológica. A partir de este acontecimiento (o experiencia vital) el individuo empieza a desarrollar un temor que antes no tenía, aparecen recuerdos intrusivos, pesadillas, existe una evitación de situaciones y/o estímulos asociados o no al evento estresante; y, casi siempre, el estado de ánimo se ve enormemente afectado. Además, suele aparecer un embotamiento de la capacidad de respuesta de las personas que padecen dicha dificultad.
No es infrecuente que las personas que han sufrido trauma experimenten, además, síntomas disociativos que empeoren su situación.
Este trastorno suele ser especialmente grave cuando el daño ha sido causado por otras personas (agresiones físicas, agresiones sexuales, torturas, atentados, guerras, etc.), sobre todo, si este daño lo han infringido personas del entorno más próximo (familiares, amigos, vecinos, etc).
¿Cómo tratar el trauma?
Sin lugar a duda, los tratamientos de elección, en el abordaje de episodios traumáticos, deben ser psicoterapéuticos y, aunque en muchas ocasiones puede pautarse medicación para paliar algunos síntomas, de ningún modo los fármacos deben priorizarse sobre el tratamiento psicológico, ya que los pacientes para conseguir estar mejor tienen que llegar a procesar e integrar esas experiencias pasadas que son reexperimentadas como si estuviesen sucediendo todavía en el presente.
El abordaje del trauma debería hacerlo un especialista con un extenso bagaje psicoterapéutico, ya que requiere que el psicólogo clínico cuente con una experiencia y una madurez profesional que le permitan dotar al paciente de las herramientas necesarias para sobreponerse a su dolor psíquico y, de este modo, evitar empeorar el cuadro clínico de los pacientes.
- Adicciones
- Dependencia emocional
- Déficit de atención con Hiperactividad
- Depresión
- Dificultad para controlar los impulsos
- Dolor Crónico
- Duelo: Pérdida de un Ser Querido
- Estrés
- Fobias
- Hipocondría
- Pánico y Agorafobia
- Problemas de Ansiedad
- Problemas Psicosomáticos
- Trastorno del Comportamiento Alimentario
- Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC)
- Trastornos disociativos
- Trastornos Negativistas Desafiantes
- Trastornos del espectro del autismo
- Trauma y TEPT (Trastorno de Estrés Post-traumático)
- Trastornos de la Personalidad
- Problemas Sexuales
- Terapia de Pareja
- Terapia Familiar